23/10/07

Historia y leyenda

El Supremo Entrerriano



República de Entre Ríos
29 / 9/ 1820 - 10/ 7/ 1821



Un Amor de Leyenda
Francisco Ramírez y La Delfina




Es 28 de junio de 1839: un día de invierno en Arroyo de la China (actual Concepción del Uruguay).Acaso es también un día de fiesta (aunque amarga y secreta) para Norberta Calvento, la señorita cuarentona que oye, desde la sala, el paso demorado de un ataúd. Sus ropas de luto no se deben por cierto a la muerta reciente que transita sobre la calle despareja. Desde hace dieciocho años, viste de negro por un hombre que le pertenecía y que esa muerta próxima supo robarle con descaro. Ahora tiene el consuelo de ver pasar, como reza el proverbio árabe, el cadáver de su enemiga. Tampoco ésa, la extranjera, ha tenido derecho, ni legal ni celestial, a llamarse viuda. “¿Pero es que le habría importado eso a la manceba?”, se tortura Norberta. Las noticias del día siguiente la desalientan por completo. La Delfina ha muerto a solas, anticipándose al tango, “sin confesión y sin Dios, crucificada a su pena, como abrazada a un rencor”. Nada debió de inquietarle la bendición de un fraile a la que se animaba a presentarse ante el Supremo de los Supremos tan arrogante y desnuda de toda protección como se había presentado una vez ante el Supremo Entrerriano. Si algo faltaba para cerrar el circulo de un melodrama ejemplar, la misma Norberta se encargaría de proveerlo años más tarde, cuando, por su expreso pedido, sería amortajada con el traje de bodas cosido en vano para su casamiento.

Pocas historias cumplen, en efecto, los requisitos de la pasión romántica con la perfección del ya legendario amor entre el caudillo Francisco Ramírez y su cautiva portuguesa, por todos conocida como La Delfina. Hay un héroe indiscutido (Ramírez) que, como deben hacerlo los amados de los dioses, muere joven; hay una mujer fatal (Delfina), tan bella como enigmática, que lo lleva involuntariamente a la muerte. No faltan dos personajes secundarios que completan el episodio:

una víctima inocente de la gran pasión (Norberta, la novia abandonada) y un presunto traidor al héroe, por ambición y celos (el entonces coronel Lucio Norberto Mansilla). Se trata de un amor entre enemigos, y también entre un Príncipe y una Cenicienta. Un amor que ignora bandos y jerarquías, que rompe convenciones, que lleva su desafío hasta el último extremo.

El héroe. Ramírez era hijo de familia decente, de recursos. Su padre, Juan Gregorio, paraguayo, marino fluvial y propietario rural; su madre, Tadea Florentina Jordán, nativa de la provincia, dueña también de algunos campos. Leandro Ruiz Moreno sostiene que por la rama paterna se hallaba emparentado con el marqués de Salinas, y por la materna, con el virrey Vértiz y Salcedo. Más allá de estos encumbrados antecedentes, lo cierto es que Francisco Ramírez fue ante todo hijo sobresaliente de sus propios actos. Pasado ya el furioso fervor liberal y porteño contra los caudillos provincianos, que animó, entre otros, los textos de Vicente Fidel López, bien pueden verse hoy en esos actos también virtudes cívicas y civilizadoras no reconocidas antes, como ocurre con la ley de enseñanza primaria obligatoria, la fundación de escuelas, los avances en la institucionalización política de la Mesopotamia argentina

Pero para la construcción del mito no son tales aportes, sin duda encomiables, los que cuentan. Desde su temprana actuación, a los veinticuatro años, como chasqui de la Independencia, en los albores de la Revolución de Mayo, lo que distingue a Ramírez entre otros es su clarividente valentía y la suerte prodigiosa que acompaña sus empresas. Sabe disciplinar a los propios, emboscar y sorprender a los ajenos. Es él quien arrea todo el ganado que encuentra al paso, y se acerca a Buenos Aires, envuelto en polvo, fragores y bramidos, desconcertante, temible, sin que se sepa cuántos hombres comanda realmente. Es él quien ordena el cruce del Paraná, de noche, y hace nadar a los soldados gauchos asidos a la cola de los caballos para tomar, al día siguiente, la ciudad de Coronda. El, también, quien vence siempre, aun con tropas diezmadas; quien confunde el sendero del enemigo, o lo apabulla con un coraje ostentoso, hasta la última y definitiva batalla, que será también su primera derrota.

Cuando conoce a Delfina aún es aliado del santafecino Estanislao López y de Gervasio Artigas, en contra del Brasil y de Buenos Aires. Después de• ganar en Cañada de Cepeda, en 1820, López y Ramírez entran en la ciudad del Puerto, pero no abusan de su triunfo. Su escolta es reducida y no se muestran proclives a la exhibición afrentosa ni a las indiscriminadas represalias (Ramírez acaba de perdonarle la vida a su primer jefe, el director supremo Rondeau, a quien descubre oculto en unos pajonales). Su único gesto de barbarie (o, simplemente, de afirmación victoriosa) es atar sus caballos a las rejas de la Pirámide de Mayo. Suscriben, con Buenos Aires, el Tratado del Pilar, a costa, para Ramírez, de un nuevo enemigo:

Artigas, que le declara la guerra por no haber sido consultado a tal efecto.

Aunque el caudillo oriental sale perdedor en la contienda, pronto el entrerriano se encontrará completamente solo: en 1821, roto el Tratado del Pilar, López pacta con Buenos Aires, que ya tiene otros gobernantes. Podría decirse, sin embargo, que la soledad de Ramírez es la de la gloria, o la que le decreta la envidia de sus rivales. Por un abrumador plebiscito, Don Poncho es consagrado gobernador supremo de la República Entrerriana, que reúne las actuales Entre Ríos, Corrientes y Misiones. ¿Un reino propio, como aventura el poeta Enrique Molina? Sólo en algunas exterioridades fastuosas, porque El Supremo piensa en constituciones modernas, sin monarcas. Esto no le impide entrar en Corrientes con esplendor: bien vestidos (ha mandado hacer uniformes para todos sus hombres en Buenos Aires) él, los suyos y La Delfina, que gasta traje de oficial y chambergo con la misma pluma de avestruz que rubrica el escudo de la nueva república. En las galas de sociedad Delfina, no obstante, sabrá cambiar el chambergo por las flores y la peineta, y el sable por el abanico. Luego, en el campamento de La Bajada, donde habrá bailes, títeres, juegos de naipes, riña de gallos, carreras y hasta corridas de toros, dejará el abanico por la guitarra en la que —dicen— es diestra. Hacen bien en multiplicar expansiones y dispendios. Aún no lo saben, pero a su pasión pública le quedan pocas horas de fiesta.

La mujer fatal. La Delfina es un personaje definido mucho más por las incertidumbres que por las certezas. Ni siquiera se sabe si Delfina corresponde a un nombre o a un apellido (se la ha llamado también María Delfina). Su origen familiar, su posición social, han sido objeto de fluctuaciones similares:

si unos la creen hija bastarda de un virrey brasileño, otros la suponen humilde recogida por una familia estanciera. Hay quien dice que marchó a la campaña contra Artigas siguiendo, fraternalmente, a un miembro de esa misma familia, mientras que otras voces menos corteses la toman por ramera, o la hacen amante de algún oficialito. Hasta su belleza (de consenso indudable) está signada por lo impreciso. Como ocurre con Francisco Ramírez, nadie sabe a ciencia cierta si fue rubia o morena, blanca o mestiza. Alguno (el poeta Molina) le atribuye voz de sirena criolla y destrezas musicales. No se sabe si alcanzó también el desahogo de expresarse en letra escrita. Criada en el campo, en Río Grande do Sul, acaso ni siquiera haya cursado la enseñanza primaria, la única que se les impartía incluso a los varones, aunque fuesen hijos de familias acomodadas, como el propio Ramírez.

Otro rasgo de La Delfina es indiscutible: era una mujer valiente de puertas afuera (porque también hubo muchas y anónimas guerreras domésticas que en las más duras adversidades sostuvieron, ellas solas, sus familias). Su valor era llamativo, exhibicionista. Amaba los uniformes vedados a su sexo y los lucía, según parece, con gallardía inolvidable. No eran sólo una forma elegante de travestismo, sino verdadera ropa de trabajo: acompañé a su Pancho como coronela del ejército federal en todas las batallas, aunque esa dulce compañía le significó a su amante la muerte. Delfina aparece en este sentido como contrafigura de otra guerrera: doña Victoria Romero de Peñaloza, más eficaz que ella en las lides militares, y que por salvar (con éxito) a su marido, el Chacho, recibió la herida en la frente inmortalizada por la copla popular.

¿Por qué, siendo su cautiva y virtual esclava, se enamoré de Ramírez, y por qué éste, dueño todopoderoso, la convirtió en reina sin corona? Mucho se ha escrito sobre el estado de cautiverio femenino: crónico y también fundacional en la especie humana, donde el sexo, con el extraordinario poder de gestar y reproducir (y por ello reducido a la subordinación y el control), fue siempre botín de las guerras y prenda de las alianzas. Susana Silvestre, en su biografía amorosa de la singular pareja, dedica páginas lúcidas a la historia de las cautivas rioplatenses, mediadoras, con su cuerpo, entre dos mundos. Podemos suponer que a ella no le fue difícil dejarse encantar por Ramírez, hombre joven, en el cenit de sus talentos y de su buena estrella, cuyo carácter “despejado y audaz, amplio y prestigioso”, con algo de artista”, es reconocido incluso por Vicente F. López. Las prendas personales del caudillo y la oportunidad de un fulgurante ascenso hacia el poder y la gloria, marchando y mandando a su lado como si fuera un hombre, debieron de mezclársele en una irresistible combinación afrodisíaca. Y Ramírez, ¿qué vio en Delfina?

Para que una modesta cuartelera presa lograra encadenar a un varón que podía disponer de todas las mujeres, y hacerle olvidar sus serios compromisos matrimoniales con la hermana de un amigo íntimo, debió de ser algo más que un cuerpo atractivo y una sensualidad bien dispuesta. Dulzura (la de la música, la de su lengua madre) habría, sin duda, en ella; no la pasividad o la excesiva facilidad, que matan el deseo. Cautiva, pero brava seductora; sin remilgos, aunque orgullosa en su indefensión, seguramente supo darse exigiendo, y ganó la batalla con Ramírez desde el primer encuentro, cuando el placer total, correspondido, borró la asimetría entre vencedor y vencida, y los dos fueron, uno del otro, prisioneros.

El traidor. En todo humano paraíso hay una serpiente, y ese papel parece tocarle aquí a don Lucio Norberto Mansilla Lucio Norberto Mansilla, futuro padre de Eduarda y de Lucio y., entonces un joven coronel porteño con mundana cultura y sólidos conocimientos técnicos que puso, durante un tiempo, al servicio de Ramírez. Horacio Salduna, biógrafo del Supremo Entrerriano, le achaca a Mansilla la responsabilidad mediata de su catastrófico final.

Los dos hombres habían entrado en contacto durante las hostilidades entre Artigas y Ramírez, después de 1820. Mansilla colabora con sus trescientos cívicos y queda sellada una amistad marcial que no será duradera. Cuando Buenos Aires y López se vuelven contra Ramírez, que prepara —nada menos— una gran campaña con el fin de recuperar el territorio paraguayo para la Argentina, Mansilla se echa atrás, argumentando que no desenvainará la espada contra su ciudad de nacimiento. Ramírez acepta esta disculpa plausible, aunque le solicita que al menos conduzca a la infantería desde Corrientes hasta Paraná. Mansilla acata, pero no cumple. Su defección priva a Ramírez de las fuerzas imprescindibles para enfrentar a López, a Bustos y a Lamadrid y lo precipita hacia la ruina.

Salduna considera premeditada la traición de Mansilla, que se habría comportado desde el comienzo como infiltrado porteño. Buenos Aires y Santa Fe lo ayudarán, luego de la muerte de Ramírez, a coronar ambiciones personales con el cargo de gobernador de Entre Ríos. A la codicia política se habría sumado otra de distinto orden:

Mansilla deseaba, también, los favores de La Delfina, como lo prueba la correspondencia intercambiada con el comandante Barrenechea, al que, ya desaparecido Ramírez, envía

—inútilmente— corno celestino.

El final: los testimonios próximos al hecho y la memoria popular sostuvieron siempre que Francisco Ramírez murió en el intento de salvar a Delfina de la partida enemiga que la había echado en tierra y comenzaba a desnudarla. Aunque hubo intentos de atribuir su muerte a otros motivos, se han desacreditado detalladamente estas pretensiones.

Después de que muriera, Ramírez fue decapitado y su cabeza, embalsamada, conoció en Santa Fe el escarnio público. Su amada logró volver a Arroyo de la China, donde lo sobrevivió por dieciocho años. Susana Poujol (La Delfina, una pasión) la imagina prisionera (al final, voluntaria) de la novia olvidada, Norberta Calvento, unidas ambas por el recuerdo y la soledad. Quizá no estuvo tan sola; después de todo (la carta de Barrenechea a Mansilla hace suponer que la cercaba, al menos, un cortejante), pero no se casó ni engendró hijos, y no intentó, tampoco, volver a su tierra natal.

Tal vez en toda esta historia de amor y muerte haya una insospechada ganadora encubierta: Norberta, cuyo deseo, por incumplido, nunca pudo gastarse. Como la Magdalena de El ilustre amor (Mujica Lainez), también, acaso, llegó a la tumba como un ídolo fascinador, envuelta en el vestido blanco de la única que pudo llamarse novia del Supremo Entrerriano.

28/2/07

COPLAS DEL PAYADOR PERSEGUIDO...Atahualpa Yupanqui

Con su permiso voy adentrar,

aunque no soy convidao,

pero en mi pago un asao,

no es de naide, y es de todos.

Yo voy a cantar a mi modo,

después que haya churrasqueao.



Yo sé que muchas dirán

que peco de atrevimiento,

si largo mi pensamiento,

pa´l rumbo que ya elegí.

Pero siempre he sido así,

galopeador contra el viento.



La sangre tiene razones,

que hacen engordar las venas,

pena sobre pena, y penas,

en que uno pega el grito.

La arena es un puñadito,

pero hay montañas de arena.



No sé si mi canto es lindo,

o si saldrá medio triste,

nunca fui zorzal, ni existe,

plumaje más oridinario.

Yo soy pájaro corsario,

que no conoce el alpiste.



Vuelo porque no me arrastro,

que el arrastrarse es la ruina,

anido en árbol de espinas,

lo mesmo que en cordilleras.

Sin escuchar las zonceras,

del que vuela a lo gallina.



No me arrimo, así no más,

a los jardines floridos,

sin querer vivo alvertido,

pa´ no pisar el palito.

Hay pájaros que solitos,

se entrampan por presumidos.



Aunque mucho he traqueteao,

no me engrilla la prudencia,

es una falsa experiencia,

vivir temblándole a todo.

Cada cual tiene su modo,

la rebelión es mi cencia.



Yo soy de los del montón,

no soy flor de invernadero,

igual que el trébol campero,

crezco sin hacer barullo.

Me aprieto contra los yuyos,

y así lo aguanto al pampero.



Acostumbrao a las sierras,

yo nunca me sé marear,

y si me siento alabar,

me voy yendo despacito.

Pero aquel que es compadrito,

paga pa´ hacerse nombrar.



Si me dicen señor,

agradezco el homenaje,

más soy gaucho entre el gauchaje,

y soy nadie entre los sabios.

Y son para mí los agravios,

que le hacen al paisanaje.



La vanidad es yuyo malo,

que envenena toda huerta,

es preciso estar alerta,

manejando el azadón.

Pero no falta el varón,

que la riega hasta en su puerta.



El trabajo es cosa buena,

es lo mejor de la vida,

pero la vida es perdida,

trabajando en campo ajeno.

Unos trabajan de trueno,

y es para otros la llovida.



El estanciero presume,

de gauchismo y arrogancia,

él cree que es extravagancia,

que su pión viva mejor.

Más no sabe ese señor,

que por su pión tiene estancia.



El que tenga sus reales,

hace muy bien en cuidarlos,

pero si quiere aumentarlos,

que a la ley no se haga el sordo.

Que en todo puchero gordo,

los choclos se vuelven marlos.



Yo vengo de muy abajo,

y muy arriba no estoy,

al pobre mi canto doy,

y así lo paso contento.

Porque estoy en mi elemento,

y ahí valgo por lo que soy.



Cantor que cante a los pobres,

ni muerto se ha de callar,

pues ande vaya a parar,

el cante de ese cristiano.

No ha de faltar el paisano,

que lo haga resucitar.



Si alguna vuelta he cantao,

ante panzudos patrones,

he picaneao las razones,

profundas del pueblerío.

Yo no traiciono a los míos,

por palmas, ni patacones.



Si uno canta coplas de amor,

de potros, de domador

del cielo y las estrellas,

dicen: ¡ qué cosa más bella,

si canta que es un primor ¡.



Pero si uno como Fierro,

por ahí se larga opinando,

el pobre se va acercando,

con las orejas alerta.

Y el rico bicha la puerta,

y se aleja reculando.



Tal vez alguién haya rodao,

tanto como rodé yo,

pero le juro, ¡ créamelo ¡,

que ví tanta pobreza,

que yo pensé con tristeza:

“ Dios por aquí, y no pasó ¡.



[Hay diferentes montones,

unos grandes y otros chicos,

si va pa’l montón del rico,

el pobre que piensa poco,

detrás de los equivocos,

se vienen los perjuricos.



No tengo ni rancho, ni china, ni nada,

y pa’ pior la militada

me tiene a mal trajinar,

porque no dentro a jugar,

donde hay barajas marcadas.]



Nadie podrá señalarme,

que canto por amargao,

si he pasao las que pasao,

quiero servir de advertencia.

El rodar no será cencia,

pero tampoco es pecao.



Amigos, voy a dejarlos,

está mi parte cumplida,

en la forma preferida,

de una milonga pampeana.

Canté de manera llana,

ciertas cosas de la vida.



Aura me voy, no sé adonde,

pa´ mí todo el rumbo es bueno,

los campos con ser ajenos,

los cruzo de un galopito.

Guarida no necesito,

yo sé dormir al sereno.



Y aunque me quiten la vida,

o engrillen mi libertad,

o aunque chamusquen quizá,

mi guitarra en los fogones,

han de vivir mis canciones,

en el alma de los demás.



No me nuembren, que es pecao,

y no comenten mis trinos,

yo me voy con mi destino,

pa´ l lao donde el sol se pierde.

Tal vez alguno se acuerde,

que aquí cantó un argentino.


20/2/07

PERSONAJES OLVIDADOS


CARMEN FUNES DE CAMPOS, más conocida como "LA PASTO VERDE"

Cantinera de las fuerzas nacionales que llevaron a cabo la conquista del desierto y poblaron los confines del país. Acompañó a su marido en la guerra del Paraguay y después se sumó a las columnas que arrojaron a los indios de sus posesiones. Participó en

las fundaciones de Carhué, Puán y Trenque Lauquen, fortines que darían origen a nuevas poblaciones. Se estableció en Neuquén, adonde la llevara la campaña del general Julio A.Roca, y allí murió en 1913. Sus cenizas reposan en Plaza Huincul. Las mujeres como ella fueron retratadas por escritores que reconstruyeron la epopeya del desierto, en reconocimiento por su labor abnegada, pero La Pasto Verde, apodo con que era conocida, fue objeto de un especial homenaje, que puntualiza cuánto de sacrificadas tuvieron esas vidas; a fines de 1965 las autoridades, instituciones y pueblo de Neuquén se congregaron junto a un monolito y descubrieron una placa recordatoria de la humilde mujer que representa a todas las cantineras, fortineras y también soldados

femeninos de la conquista del desierto".



Puso una pulpería en el medio de una de las rutas de entonces, y allí fue conocida por mucha gente, por su hermosura, por su alegría y por su atención, y también por sus ansias de ayudar a quien lo necesitara.



El apodo de La Pasto Verde en realidad, es un halagador cumplido, y bastante excepcional. Las mujeres que acompañaban a

las tropas recibían apodos, siempre ingeniosos pero generalmente despectivos. La Pasto Verde, posee una connotación fuertemente placentera. A los ojos de un paisano de aquellos tiempos y lugares, es todo un homenaje admirado, desde la mentalidad de un criollo que siempre tiene conciencia de la escasez de comida fresca y agua para sí y los animales.



La Pasto Verde

Sobre la Ruta Nac.22 encontrarás un Monolito que recuerda la figura de La Pasto Verde. Mujer mendocina, cuyo nombre era Carmen Funes de Campos quien falleciera en 1917 y que pertenecía a uno de los regimientos que intervinieron en la Campaña al Desierto.

En sus mocedades se instaló en Plaza Huincul, adonde por muchos años atendió el único apostadero que se encontraba al lado de una aguada, que en pleno desierto configuraba el recaladero obligado de los hombres que transitaban entre Neuquén y el sur.
Era una mujer vigorosa, ágil, servicial y alegre, decidora cordial y afable , la “fortinera” era un paso obligado a quien tanto la historia como los pobladores recuerdan con cariño y respeto con el nombre de “La Pasto Verde” por su belleza juvenil y así calificada por los parroquianos de la época.


LA PASTO VERDE - Zamba Imagen de la partitura

Letra y música: Marcelo Berbel

MIm (SI7) MIm
Aguada de los recuerdos, lejanos
RE7 SOLM (MI7)
Tapera de un dulce ayer,
LAm SOLM
Tiempo de la “Pasto verde”,
SI7 MIm (MI7)
Zamba del coraje hecho mujer.
LAm SOLM
Tiempo de la “Pasto verde”,
SI7 MIm (MI7)
Zamba del coraje hecho mujer.


Brava gaucha en los fortines, sureños,
Bella flor del jarillal,
Mil soldados te quisieron,
Pero la tierra te quiso más.

Estribillo
RE7
Sobre la reja, entre las piedras
SOLM
Donde duerme tu voz,
DOM SI7
Mi guitarra lloró.
RE7 SOLM
Sola, esta zambita por las noches
RE7 SOLM (MI7)
Quiere darte luz,
LAm SOLM
Porque le duele que digan
SI7 MIm
Que el criollo neuquino te olvido.


Quién te llamó “Pasto verde”, fresquita
Tal vez tu aroma sintió,
Poema de los desiertos,
Versos de un coplero que pasó.

Quizás hablen de tus años, de moza,
La aguada, el grillo, el zampal,
Años de lanza y romance,
Sangre que secó el viento al pasar.



SANTOS MORENO, CONOCIDA COMO "LA RUBIA MORENO"


La historia de doña Santos Moreno, conocida popularmente como La Rubia Moreno, será rescatada en una obra de teatro titulada “Niña, mi niña rubia”, escrita por Lucy Soria de Corvalán, con la colaboración en investigación y textos de Pablo Berra y Ricardo Contreras.
En entrevista con El LIBERAL, la autora de la pieza teatral que se estrenará próximamente en una sala local, cuenta que la idea surgió “con la intención de rescatar el costado humano de esta mujer que tuvo una destacada actuación en la mitad del siglo XIX y en la batalla del Pozo de Vargas del 10 de abril de 1867”.
En este sentido, la dramaturga y docente ahondó en algunos detalles que hacen referencia a la parte más humana de esta mujer que trascendió al punto que una localidad de Santiago lleva su nombre: “Investigando nos enteramos que la Rubia Moreno era la madrina de todos los chicos que transitaban por la pulpería; ella los cobijaba y los llevaba hasta la iglesia San Francisco para que los bautizaran. De ahí me surgió la idea llevar esta historia al teatro dándole otro tinte a la que todo el público conoce”, puntualizó.
Para la escritura de la obra y con el objetivo de encontrar la mayor fidelidad de usos y costumbres de la época, durante un largo tiempo Soria de Corvalán ha llevado a cabo una exhaustiva investigación del personaje protagónico y de los acontecimientos políticos, sociales y musicales de mediados del siglo XIX en la campaña santiagueña. “Los datos que extraje para armar la historia surgieron luego de investigar en libros de Cristóforo Juárez, Luis Alén Lascano, José Lami Hernández, Mario Alejandro Castro, Dalmiro Coronel Lugones y todos los libros relacionados con Santiago del Estero que aportaron datos referentes a la Rubia Moreno”, expresó.
Made in Santiago
Un aspecto que la escritora no dejó pasar por alto fue que será un trabajo hecho netamente en Santiago. “Lo que además me interesa destacar de todo este proyecto es que ‘Niña, mi niña rubia’ es una obra escrita por santiagueños sobre un personaje santiagueño, dirigida e interpretada por santiagueños y que tendrá letra y música de Elsa Corvalán, otra santiagueña”, indicó.
La historia dice que en pocos años, la Rubia Moreno se habría transformado en inteligente aliada de las tropas de Antonino Taboada, quien peleara en La Rioja, en la histórica batalla de Pozo de Vargas. Por último y consultada acerca de este tema, la dramaturga señaló que con la obra “se intentará reflejar el momento histórico con la decisión de este personaje protagónico -pero no muy bien conocido de la historia santiagueña-, al participar en situaciones históricas determinantes de nuestro pasado como fue la batalla en Pozo de Vargas y la tragedia que esto acarreó en este personaje”.


RUBIA MORENO
Letra: Cristóforo Juarez
Música: Agustín Carabajal



mi DO
Rubia moreno pulpera gaucha
RE7 SOL
de falda roja, vincha y puñal _
SI7 mi ¦
ho había viajero que no te nombre ¦
DO SOL SI7 mi ¦- BIS
por el antigüo camino real ¦



Hecha entre el bronco bramar del Dulce
solo sabía tu voz mandar _
eran tus ojos dos nazarenas ¦
bravas espuelas en el mirar. ¦- BIS



RE7 SOL
Rubia moreno guarda mi pueblo
SI7 SOL
a orillas del río natal _
SI7 mi ¦
tu nombre heroico como figura ¦
DO SOL SI7 mi ¦- BIS
como figura de cuño real. ¦




JOSE FONT, CONOCIDO COMO "FACON GRANDE"

"Viajaremos por tierra hasta Jaramillo, en la pampa del norte santacruceño. Me conmueve una alegría inusitada y una latente emoción: hemos sido invitados a la inauguración del monumento a don José Font, llamado "Facón Grande", el líder huelguista fusilado por el Ejército argentino en 1921 por ser dirigente de la huelga rural. Sí, un monumento, allí donde se encuentran la ruta 3 y la 281. Sí, un monumento después de setenta y siete años de su asesinato. Como modelo para el escultor que elaboró el monumento, sirvieron las dos únicas fotos que se conservan de él, que publiqué en mi libro La Patagonia Rebelde. Allí se lo ve en su clásico atuendo de campo, esperando. Horas después sería fusilado sin juicio previo, por obra y gracia del teniente coronel Héctor Benigno Varela, jefe del 10 de Caballería. Su muerte quedó impune, como la de centenares de peones de campo fusilados por reclamar mejores condiciones de vida. Setenta y siete años después. La muerte de un gaucho entrerriano en la pampa patagónica santacruceña; tierras de eterno viento. Un monumento levantado por iniciativa desde abajo, por los integrantes de la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores y por los miembros de la Comisión de Fomento de Jaramillo, un pueblecito típico de la estepa sureña.
¡Qué contento se hubiera puesto ese gauchazo entrerriano sabiendo que hombres y mujeres como él no sólo lo recuerdan sino también lo tienen como modelo y ejemplo! Hablaremos ante el monumento y luego iremos hasta la antigua estación Jaramillo donde él vivió sus últimas horas y que –reciclada– pasará a ser el museo "Facón Grande" que contendrá piezas históricas que recuerden la gran masacre y alerten al mismo tiempo para que jamás vuelvan a ocurrir represiones así contra el auténtico pueblo; pero también se expondrán objetos que fueron testigos de la sacrificada vida de los pioneros y de los habitantes naturales de aquellas regiones.
Y la jornada de hoy terminará en el salón de actos de la Municipalidad de Jaramillo donde hablaremos de Facón Grande y sus compañeros, y de la injusta tragedia que se desencadenó por sobre sus cabezas, ordenada desde Bueno




En el año 1987 es creado el Colegio Secundario Provincial N° 21 en la localidad de Gobernador Gregores en el centro geográfico de la provincia de Santa Cruz (nuestro querido colegio). Al poco tiempo surge la lógica necesidad de darnos un nombre. Así es como comienzan a darse posibles denominaciones. Como una manera de tener un nombre elegido democráticamente (y para que luego sea verdaderamente representativo) es que se decide votar entre los nombres que circulaban. Quedan como opciones razonables para denominar a un Colegio; los nombres de Laura Vicuña, Bernardo Houssay y José Font.
La votación no se hace esperar y el nombre de Font es elegido con amplitud y alegría por la mayoría de los jóvenes de Gobernador Gregores. De ahí en mas siguió el trámite formal del acuerdo de las autoridades educativas provinciales ... y hasta ahora ha sido y serán un nombre y un colegio respetados.




Comentario de Ñandubay "Lo paradojico de esta historia es que a Facon Grande lo fusilaron por reclamar por ej. un paquete de velas por mes y el ten.cor. Varela, quien lo hizo fusilar, fue homenajeado por la sociedad rural de Rio Gallegos,también paradojica es la placa que se puso junto a su tumba "La comunidad britanica de Santa Cruz al teniente coronel Varela que supo cumplir con su deber" Ultimaménte han pasado sus restos a una seccion que se titula" Muertos por la Patria " la pregunta que surge és ¿ por la Patria de quién? ¿ De los latifundístas ?



















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15/2/07

CIMARRONEANDO...



El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?". Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los malos .
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón. Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿Dulce o amargo? El otro responde: -Como tomes vos. Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.
Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores... Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena, la charla, no el mate.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa. Es la sinceridad para decir: basta, cambiá la yerba! Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está caliente,no?
Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir. Ahora vos sabes, un mate no es sólo un mate...


Aunque cueste creerlo el mate puede variar su gusto dependiendo de la forma en que se lo cebe, y en consecuencia será diferente si cambiamos de cebador, de allí su vital importancia y además, es obivo que el mate solo no se va a cebar...
Primero debemos colocar yerba, supongamos que tenemos un mate clásico del tipo "poro" (ver tipos de mate) y lo llenamos de yerba hasta la mitad, inclinamos el mate un poco, y del lado de la yerba que quedo más profundo, humedecemos con el agua caliente, hasta que se hinche un poco la yerba de abajo, cuidando de que no se moje la yerba de la superficie y clavamos la bombilla hasta el fondo, acto denominado "ensillar"; debemos tener en cuenta de no mover la bombilla demasiado, porque lograríamos taparla, a lo sumo la inclinamos en sentido contrario de donde quedó la yerba seca, es decir para el lado del que va a tomar el mate.
Si enderezamos el mate vemos que quedó toda la yerba seca aún en la parte superior, entonces podemos comenzar a mojar justo en el pozo que forma la bombilla, intentando que la yerba se humedezca desde el fondo hacia arriba... y listo !!! ahora si debemos meditar que hacemos: tomamos el primer mate o lo pasamos como acto de gratitud a algún compañero, aquí debemos tener en cuenta que puede estar muy caliente y como es el primero, la yerba esta fuerte, amarga y puede tener algún gustito a tierra que el segundo mate seguro no lo va a tener, dependerá de quien tengamos al lado y del afecto que sienta el cebador por esa persona.
Para tener en cuenta también es muy importante que no se moje la totalidad de la yerba desde el arranque, ya que si siempre dejo algo de yerba seca en la superficie opuesta a la bombilla, y cada tanto mojo un poquito más, voy a contribuir a mantener rico y sabroso todo, como el primer mate, además podemos quedarnos tranquilos que va a estar rico siempre que al cebarlo, el agua continue haciendo algo de espuma en el centro. Recordemos que se dice "cebar" porque esto significa alimentar, fomentar, mantener algo en funcionamiento y sustentarlo, listo para su uso, lo que significaría que no basta con servirlo al mate y ya, habría que mantenerlo esplendoroso como el "primer mate" durante toda la cebada.
Otro consejo útil puede ser que antes de mojar la yerba por primera vez, tapemos la boca del mate, lo demos vuelta y lo sacudimos un poco, de esta forma logramos que se tamice sola la yerba y lo más fino quede en la superficie, la tierra de la yerba quedará en nuestra mano y los palos con todo el resto de la yerba se acomodará en el fondo del mate, obteniendo el máximo sabor y disminuyendo así las probabilidades que la bombilla se tape.

La yerba mate es el resultado de un exigente proceso de elaboración que tiene como materia prima la hoja de un árbol, de características similares al laurel, con su tronco gris claro, de hasta 50 cm. de diámetro y un promedio de 5 a 6 m. de alto, cuyas hojas, apenas alcanzan los 10 cm. de largo y poseen el borde dentado. También presenta unos racimos alargados de bolitas lila oscuro o violeta, muy pequeñas que son ni más ni menos que el fruto del árbol, el cual en su interior lleva una cuarteta de semillas, donde sólo una podrá llegar a germinar, proceso lento, pudiendo llegar a años tal vez, antes de que germinen.
La planta crece en zonas boscosas y templadas, como los bosques subtropicales de la provincia de Misiones, allí además tiene el riego de la lluvia, parejo durante todo el año.
La Yerba Mate es una planta rica en vitaminas, además estimula la actividad muscular y pulmonar y es capaz de intervenir en la regulación de los latidos cardíacos, aumentándolos y disminuyendo así la presión arterial. Produce una sensación de bienestar, vigor y lucidez intelectual, basado en la presencia del alcaloide mateína. Es diurética, digestiva y optimiza la absorción nutricional del organismo regulando en general todas sus funciones de asimilación. Por si sola puede satisfacer las cantidades mínimas que necesita el organismo de vitamina C como podemos ver más abajo en su composición. Al contrario de lo que dice mucha gente, la yerba no produce acidez.

C ul t i v o y e l a b o r a c i ó n
Fueron los jesuitas los que cultivaron por primera vez la yerba mate, allá por el siglo XVII.
La recolección se hace desde que la planta alcanza unos 2 a 3 m. de altura, lo cual se da aproximadamante a los 4 años de edad. Puede realizarse en forma manual o mecánica, consiste en el corte de las ramas con tijera o machete, se hace entre mayo y octubre. Hay que cuidar de no despojar al árbol de todas sus ramas. Después viene el quiebre, con el objetivo de poder transportarlas al lugar de elaboración, descartando las ramas más gruesas y separando las hojas dañadas o arrancadas. De una sola planta pueden llegar a conseguirse de 20 a 30 kg. de hojas.
Sin perder tiempo y no dejando pasar más de 24 horas comienza la elaboración con el sapecado, que consiste en someter al vapor y calor del fuego, durante unos segundos, terminando así con las sustancias no deseadas y permitiendo que se conserve el característico color verde. Se lo hace en forma manual o más comunmente con sapecadoras mecánicas.
Más tarde tenemos el secado que transcurre durante las siguentes 24 horas y se basa en exponer por más tiempo la yerba al calor para eliminar la humedad a menos del 10% y es aquí donde perdemos gran cantidad de peso, quedando aproximadamente la quinta parte del total de hojas recolectadas.
Después de ser secada con el objetivo de facilitar su transporte y embolsado final, se la lleva al canchado que viene a ser la primer molienda, pero en pedazos de 1 cm. aproximadamente, obviamente esto se hacía a mano pero ahora existen canchadoras del tipo mecánicas. Cuando se finaliza este triturado, se embolsa la materia prima obtenida. Ahora pasamos a estacionarla, donde la dejaremos reposar embolsada entre nueve meses y un año, como mínimo para un correcto estacionamiento.
Ya para ir finalizando la elaboración, llegamos a la molienda, que consiste en la trituración más pequeña que el canchado, tamización y zarandeo de todo el producto, con la finalidad de clasificar, limpiar y separar los distintos tipos de yerba, según su calidad, procedencia y variando su contenido de palos u hojas gruesas. Para terminar solo nos queda el envasado, el cual se realiza en los envases que ya conocemos, clásicos de 1/2 kg. y 1 kilo, realizado todo por modernas y veloces envasadoras mecánicas que al igual que toda la industria de la yerba mate repasada hasta aquí, gozan de una eficaz y conveniente modernización.





El mate propiamentedicho es el recipiente donde se colocan todos los ingredientes y la bombilla para deleitarse con una sabrosa infusión de yerba, es decir unos ricos mates, valga la redundancia.
Como veremos más adelante hay varios tipos de mate, el que está hecho con una calabaza que se llama mate y de allí toma el nombre la bebida, es el más característico, con esa forma tan peculiar, como vemos en la figura de la izquierda. También los hay de madera, porcelana, metal, con incrustaciones de plata y algunos pueden venir forrados en cuero, con gruesas costuras.
Lo más importante a tener en cuenta es el curado del mate, existen muchas formas de hacerlo pero todas son similares y coinciden en ciertos puntos y objetivos. Lo principal es que se hace para sacar cualquier sabor que pueda traer el mate, además curándolo vamos a preparar la pared interior del mate para su futuro uso y evitaremos la formación de malos olores.
Primero lo lavamos una y otra vez utilizando "solo agua caliente", sin agregar nada más, hasta que no haya quedado resto de ninguna sustancia, tierra, olor, color o sabor en el agua residual. Luego llenamos el mate con yerba ya usada y lo dejamos reposar un día para después repetir una vez más el proceso, retirando la yerba, pero sin enjuagar, volvemos a colocar yerba usada y para dejarlo un día más, quedando así curado el mate, a menos que no se este conforme con el aroma que adoptó, para lo cual podemos volver a repetir la última operación una vez más.
Ahora cuando vamos a cebar el primer mate, debemos tener en cuenta que si lo vamos a tomar amargo, no podemos cebar "nunca" un mate con azúcar porque sino de allí en más esa calabacita deberá usarse siempre para mate dulce.
Ya que hablamos de mate dulce y amargo, vamos a comentar que a pesar de que el mate clásico es amargo, se le puede agregar azúcar, para así endulzarlo un poco, cada dos o tres cebadas, antes de poner el agua y siempre la cucharadita debe caer al borde de la zanja que forma la bombilla en la yerba. Dicen por ahí que el mate dulce está ligado al amor y cariño que el cebador tiene por quien se lo tomará, mientras que si está lavado puede ser significado de desprecio y si es largo es decir que no se termina nunca y tiene poca yerba, estaremos evidenciando un completo desinterés por la persona.
En el folklore popular puede darse que se le agreguen otras cosas para variar el sabor del mate amargo o "cimarrón", como cascaritas de naranja, café, canela y cualquier hierba de algún sabor particular y "extraños efectos secundarios" en algunos casos que hasta pueden enamorar al bebedor del cebador casi instantáneamente, hasta que caiga en sus brazos...

El agua del mate, debe estar caliente, para ello se emplea la pava, recipiente metálico, con un asa por encima del orificio de llenado de agua y un pico vertedor, preparado especialmente para ser inclinado sobre el mate y poderlo cebar correctamente.
Al calentar el agua debemos tener la precaución de no dejarla hervir, por lo que se aconseja sacarla antes de que esto suceda, en consecuencia si en un descuido se nos pasa el agua y "la pava chifla..." no nos preocupemos, tendremos que tirar ese agua y volver a poner agua a calentar.
También es posible, que luego de que calentamos el agua, y con el objetivo de que nos dure más tiempo caliente la traspasemos a un recipiente térmico o "termo", con lo cual nos aseguramos que la temperatura de nuestro mate va a estar en su punto justo del principio al fin, lo que si hay que tener en cuenta el pico del termo, ya que pueden venir algunos, con una boquilla que no resulta muy cómoda a la hora de cebar.

Las bombillas por más que varíen su estilo, estética y diseño, cumplen una primordial función, la de llevar la infusión desde el mate a la boca. Siempre se trata de un tubo metálico ( aunque se han hecho de caña también ) de unos 15 a 20 cm. de largo, con una boquilla en el extremo que se posará la boca, y un capuchón en el otro extremo con muchos orificios muy pequeños, más chicos que el tamaño de la molienda de la yerba mate, por donde ingresará el agua. Este último extremo va dentro de la yerba, en el fondo del mate.
Como vemos en las figuras de la izquierda, la bombilla adopta diferentes formas, que en algunos casos intentan favorecer el ensillado y la postura del mate. La boquilla trae un leve aplatamiento para mejorar así la succión.
Un consejo, cada tanto desarmen la bombilla ( aquellas que así permitan ) desenroscando el capuchón inferior, y limpienla bien, porque en el tramo donde se angosta, suele amontonarse yerba residual y por otro lado pueden taparse los pequeños orificios de ingreso y hasta obstruirse la bombilla por completo.





Monumento al MATE

2/2/07

JORGE CAFRUNE Se cumple un nuevo aniversario de su nacimiento



“Centauro indómito y arquetipo de un a hombre libre”, (07-08-2004)Escribe José Alberto NovauHoy se cumple un nuevo aniversario de su nacimiento de Jorge Cafrune El 8 de agosto de 1937, en la finca “La Matilde”, en el Sunchal Departamento de Perico El Carmen Provincial de Jujuy, nació Antonio Cafrune, hijo de José Cafrune y de Matilde Argentina Herrera, ambos jujeños y descendientes de sirios libaneses, “el turco” llegó al mundo ayudado por la partera doña Cristina asistida por Ema Alcovedo de San Antonio, que ya había visto nacer a su padre y era famosa por haber traído al mundo a más de doscientos niños...Jorge Cafrune, ofrece una rica y multifacética personalidad artística como también aspectos fundamentales de un hombre de bien, la de cantar es la faceta más conocida que llega a opacar a las demás relevantes condiciones de su personalidad .Jorge Cafrune fue un hombre libre de pensamiento y de canto, y fue él sin lugar a dudas el verdadero ídolo de los argentinos y quién bregó sin desmayos ni claudicaciones a través del cancionero popular con letras de don Atahualpa Yupanqui, Falú, Dávalos, Leguizamón, castilla, Edgar Di Fulvio y otros, no haciendo distinciones de banderías políticas y esparciendo sus diásporas libertarias por América, Europa y oriente, con un mensaje de amor y unidad entre todos los hombres amantes de los valores del nacionalismo y la cultura de nuestro pueblo y de nuestra bendita y siempre postergada Indioamérica.Jorge Cafrune siempre tuvo la dignidad de no vender su guitarra para conseguir la fama y el dinero, eligió el camino más duro, que es el único por donde solamente caminan los idealistas, el único que correspondía a su estatura moral que es el escalón más alto de la especie humana, vivió y murió de pie como el árbol del Quijote que tiene sus raíces profundas, con la mínima convicción de sus ideas y fiel a su destino de cantor nacional con “C” como decía él, y no con “Z”, nunca levantó estandarte políticos ni de protesta, porque nunca los necesitó. Basó su repertorio en temas con fundamentos y estuvo siempre lejos de las mediocridades y las improvisaciones muy propias de otros artistas. “Él turco” mantuvo su dignidad hasta el último momento, a sabiendas que esto podía costarle la vida.Es de destacar que Cafrune tenía tres temas propios de él, pero nunca los cantó, ni nunca tuvo la tentación de las jugosas ganancias por los derechos de autor que pagaba SADAIC año 1965 y que se había convertido en un negocio para algunos artistas, él siempre fue fiel a su rol de cantor y nada más, y nunca tuvo espíritu del lucro mezquino.El cantor orejano:En Febrero de 1957, empezó su actividad profesional con el conjunto “las Voces de Huayra” vocablo quechua que significa “viento de la quebrada”, éste nombre se lo puso su tía doña Amelia Murrillo, esposa de su tío Ramsy Cafrune. El conjunto grabó una larga duración en una compañía de Salta “H Y R”, de los hermanos Maluff, con el tema serenata Riojana de un lado y Noche Noche del otro lado, posteriormente creó un nuevo conjunto “Los Cantores del Alba” y por un lapso de tres meses actúan con el maestro Ariel Ramírez en una gira por Buenos Aires y Santa Fe y luego nuevamente se separa de este grupo y se inicia en el años 1960 como solista en el “Centro Argentino” de la ciudad de Salta.A partir de allí inicia su primer gira por las provincias de Chaco, Corrientes y Entre Ríos, para seguir luego al Uruguay en donde debuta en el canal 4 de televisión, (siendo ésta su primera presentación ante una cámara de TV), de allí inicia su gira por el Brasil por un lapso de un año actuando en Río Grande Do Soul, Pelotas, Santa Catalina y Brasilia, etc.En el año 1962, retorna a Buenos Aires y lo visita al maestro Don Jaime Dávalos, quien lo invita para ir al segundo Festival de Cosquín, más tarde cantó en la confitería “Europea” de Cosquín perteneciente a la familia Castro, en donde lo escucha el doctor Wisner (presidente de la comisión de Ingreso al festival). Y dos señoritas muy gentiles que son sus verdaderas madrinas que lo apoyan y deciden que se presente en el festival.En la noche de su debut eligió la canción “El Silbidito”, con la que se consagró y salió primera Revelación de Cosquín ante el sostenido aplauso del público.Comenzó un largo transitar por las rutas de la patria hasta convertirse en uno de los cantores populares más emblemáticos de los años 1960/70. cantó todo el cancionero popular haciendo que los argentinos nos conociéramos mejor a través de los temas evocativos de las distintas regiones geográficas del país, en una época realmente difícil por la situación política imperante en la Argentina, donde había que tener mucho coraje y dignidad para levantar la voz desde todos los escenarios para llevar un mensaje de unidad y amor a la patria.Los años 70, eran años de sangre y plomo en la Argentina, en donde pensar distinto se pagaba tan caro como con la vida misma, y es así como en la época de la dictadura del general Jorge Rafael Videla se prohibió que se irradiara en radios y televisión la canción “El Orejano” y a decir verdad “El Orejano” era “La ropa que identificada a Cafrune” que lejos de atemorizarlo, lo llevó a convertirla en estandarte de luz y libertad, ya que al interpretarla decía el turco: “una canción de hombre libres”, es por ello que Jorge Cafrune debido a la fuerza y las ideas mencionadas en su repertorio era considerado un verdadero representante del pueblo (de todos los pueblos oprimidos por la economía y la sociedad consumista).Cafrune siempre habla de la “Dignidad del Cantor” que debe cantar para su pueblo, sin falsos mensajes políticos o poemas “azucarados” sin contenidos poniendo por ejemplo “El Orejano”, “Zamba de la Angostura”, “Vamos a la Zafra”, “Las Golondrinas”, etc.Una vida sin Igual:Organizó los famosos viajes “De a caballo por mi Patria”, en homenaje al caudillo Federal el riojano Don Ángel Vicente Peñaloza (El Chacho), con el acompañamiento de su primera esposa Doña Marcela Aguirre y su hija Yamila, en algunas ocasiones participó la otra hija Victoria, también se sumó el soldado chamamé. Con Marcela, Cafrune tuvo cuatro hijas, Yamila, Victoria, que lleva el nombre en homenaje a Victoria Romero, la mujer del Chacho Peñaloza, Delfina en homenaje a la esposa del caudillo entrerriano Pancho Ramírez y Eva Encarnación en honor a Eva Perón y a la esposa del Restaurador de las leyes don Juan Manuel de Rosas. Con su segunda esposa la española Lourdes López Garzón, Cafrune tuvo un hijo al que lo bautizó con el nombre de Juan Facundo, en honor al caudillo federal, el riojano Juan facundo Quiroga “El Tigre de los Llanos” y macarena que nació después de su trágico accidente.Cafrune se definía como un peronista de Perón, pues creía a muerte en el General, con quien lo unía una estrecha amistad. Cuando aquél estuvo exiliado en España fue a saludarlo varias veces. Una anécdota ilustra el efecto que tenía Perón: caminando por la quita puerta de hierro, el tres veces mandatario argentino le mostró su dormitorio, gesto que no tenía con cualquier visitante, el líder justicialista le comentó que tenía todos los discos grabados hasta entonces, además era padrino e una de su hijas.En Carrera:El éxito artístico de Cafrune creció con el apoyo familiar y una trayectoria que lo llevó a recorrer numerosos escenarios nacionales y foráneos junto con Hugo del Carril y otros artistas integró un grupo que viajó a los Estados Unidos para representar a la Argentina. A raíz del éxito ambos prolongaron su estadía en el país del norte, de allí Cafrune viajó a España donde surgieron los éxitos, recorrió toda Europa con gran aceptación, varias tapas de sus discos fueron traducidos al árabe y el japonés entre otros idiomas.En 1978 y después de una gira por España retornó a la Argentina con el anhelo de llevar tierra de Boulogne Sur Mer a Yapeyú Corrientes, cuna del Libertador General San Martín a caballo desde Buenos Aires. El 31 de Enero de 1978 a las once de la mañana y luego de escuchar una oración y recibir la bendición del Monseñor Daniel Keegan en la catedral metropolitana, Cafrune y sus acompañantes inician la travesía. En el trayecto de la ruta provincial N°27 en el camino viejo de Benavide partido del Tigre a las 22:55 horas de una noche estrellada y con buen tiempo, son repentinamente atropellados por una Pick Up Dodge conducida por un joven de 19 años de nombre Héctor Emilio Díaz, que embistió en primera instancia al caballo de Finito Gutiérrez y luego e de Cafrune, quién cayó al suelo y recibió múltiples golpes del casco del animal. Falleció a la llegada al hospital de Tigre cuando los relojes marcaban las 0:30 horas de aquel trágico 1 de febrero de 1978.Su muerte nunca fue aclarada: ¿Lo mandaron a matar por lo que significaban sus temas sobre un escenario? ¿O fue solamente un maldito accidente?De cualquier forma el responsable moral del crimen –si lo hubo- probablemente no aparezca nunca, pero si así fuese lo que nunca imaginaron sus asesinos intelectuales, es que Cafrune no moriría, porque ese día trágico de nuestro calendario, nace otro Jorge Cafrune, nace el hombre inmortal que sobrevive en el alma y en los corazones de todos aquellos argentinos que no hayan sido castrados intelectualmente ni espiritualmente.


De gauchos y paisanos...